Sé que, al menos en ese tema, no soy muy ecológico que digamos, pero no está de más darse algún capricho de vez en cuando: me gusta que el suavizante sea de color azul.
Me podía fijar en el envase, en la forma de su asa, en la botella transparente, en el tapón dosificador, en el , en su perfume, en la etiqueta.. pues no, todo eso es secundario, me gusta que sea azul.
Es de esas cosas dónde uno nunca se ha planteado que pueda o no haber una razón para hacerlas, sino más bien que si no las haces ya nada, nunca, será igual, y que no me imagino yo poniéndole a la lavadora suavizante color melocotón, por poner un ejemplo.
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